domingo, 23 de mayo de 2010

¿En apoyo al Juez Garzón?

En el último pleno del mes de Abril de mi pueblo, Nules (Castellón), el Grupo municipal de Izquierda Unida, presentó una moción en apoyo al Juez Garzón. Como era de esperar, el remover, perdonen la expresión, la ''mierda'' del pasado, logró que varios concejales se enfrentasen y protagonizaran un espectáculo poco acertado y lamentable.

Antes de seguir con el artículo, quiero advertir que no voy a opinar sobre si me parece bien o mal la actuación del Juez Garzón, que para ello está la justicia y yo aún respeto las posturas que pueda tomar o no la justicia en aplicación de la legislación vigente simplemente opinaré sobre los movimientos de ''enfrentamiento'' de las dos Españas que parece interesa a algunas agrupaciones políticas para poder seguir sacando réditos políticos.

Las fuerzas de la Izquierda, asociaciones, organizaciones, ciudadanos se movilizan para que el mayor número de ciudadanos posible firmen el MANIFIESTO POR LA JUSTICIA DEL JUEZ BALTASAR GARZÓN.

Están en su derecho sí, y no voy a opinar sobre si tienen o no tienen razón, que reitero, de ello se encargará la justicia española o en su defecto, la justicia internacional. Pero yo me pregunto.. ¿Es ético y moral intentar politizar de este modo la justicia? ¿Es correcto que un AYUNTAMIENTO apoye a un juez que está siendo juzgado por un delito de prevaricación por investigar los crímenes del Franquismo?

La politización de la justicia es ya una realidad, dos bandos enfrentados que intentan apoyar (unos) y juzgar (otros) y que dificultan el ejercicio de la palabra JUSTICIA, como estamos viendo con la tan esperada (que aún está por llegar) sentencia del TC por el Estatut de Catalunya, de la cuál tengo opinión, al igual que muchos españoles, pero que creemos que no es momento de hablar pues quién debe hacerlo es el poder judicial.

Yo no he firmado el Manifiesto en apoyo del Juez Garzón, ni lo voy a hacer. Pero no lo hago, no porque esté en contra de su actuación y no porque crea que lo que ha realizado está mal; no lo hago porque entiendo que no es de mi competencia y la realidad es que el Sr. Garzón está siendo investigado y en breve, juzgado (para bien o para mal).

Y no lo firmo al igual que tampoco firmaría ningún manifiesto en APOYO a Francisco Camps o Carlos Fabra y mucho menos, apoyaría que un AYUNTAMIENTO (TODOS los ciudadanos) apoyara el mismo: Nunca.

Y si finalmente el Juez Garzón resulta ser culpable de esos supuestos delitos, que la IZQUIERDA española no se tire de los pelos, que acepten la realidad, la sentencia judicial y que traten de cambiarlo de forma democrática, pues la ley, para bien o para mal, es la ley y está para cumplirla. No olvidemos que a mi hay muchas otras leyes que no me gustan, vease la ley electoral por ejemplo o las muchas leyes de Igualdad (o desigualdad) que hay en este país, pero no por ello me las salto y pido JUSTICIA por saltármelas.

Que nadie olvide que nadie tiene que estar por encima de la ley, se llame como se llame, se apellide como se apellide y tenga los méritos judiciales (que los tiene) que tenga.

Señores, un poco de coherencia y sentido común, si no les gusta lo que hay luchen por cambiarlo, como muchos otros hacemos, pero no intenten politizar, una vez más, la justicia española.

David García Pérez.

2 comentarios:

Jorge Juan Morante dijo...

Yo tampoco apoyaré ese Manifiesto porque tampoco quiero interferir en la acción de la justicia. Son varios casos y cuando se han admitido a trámite será por algo, y si el juez considera que se le han vulnerado derechos puede acudir una vez agotada la vía judicial y constitucional al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Aparte la gente que apoya la derogación de la Ley de Amnistía, deben aceptar que se juzguen todos y cada uno de los crimenes de la guerra civil y que eso llevará a una espiral de denuncias.

Saludos,

Jorge Juan Morante

@Danimartinez26 dijo...

Me parece totalmente correcto lo que dices, porque no pueden personificarse como políticos para defender a un juez, quizás como personas "civiles" si. Pero separar la figura pública de la personal es imposible.