jueves, 14 de junio de 2012

En busca de la democracia perdida. Propuestas para regenerar el sistema democrático

Hace ya 35 años, un 15 de Junio de 1977, los españoles vivieron una experiencia histórica llena de alegría, ilusión y mucha euforia por lo que significaba participar en las primeras elecciones democráticas en España después de una etapa de autoritarismo.


Hoy en día, 25 años más tarde de aquella cita electoral, los españoles ya no acuden con dicha alegría, ilusión y euforia a los diferentes comicios electorales. Hoy la política ya no es lo que era. Hoy, la política y los políticos, son una de las mayores preocupaciones de la ciudadanía después de la crisis económica y el desempleo. ¿Es posible regenerar el sistema democrático?

Cuando hablamos de regenerar se habla de dar nuevo ser a una cosa que ha degenerado. Es una obviedad que la democracia necesita ser regenerado, renovada y mejorada.

En la actualidad, la clase política vive obsesionada por tener un cargo público, por mantenerse en el cargo o por ser reelegidos a cualquier precio. Se hace necesario limitar los mandatos de los cargos públicos, a por ejemplo 8 años, y hacer de la política una vocación, un servicio público temporal y no convertir la política (como ya ocurre) en una profesión cómoda y con excesivos privilegios.
Hay un buen número de políticos que han ensuciado y ensucian, la labor política. Políticos que han robado y han sido corruptos. Políticos que han despilfarrado y despilfarran, y salen indemnes. La sociedad no entiende como el Código Penal es tan flojo con la clase política. Es necesaria la existencia de jueces que apliquen las leyes con equidad, independencia, integridad, imparcialidad y en definitiva, con justicia. Se hace necesaria la existencia de leyes más duras con la corrupción y con el despilfarro.
Podemos decir que los ciudadanos tienen pocos medios y poder de control permanente frente a los políticos. Es necesario impulsar la participación ciudadana (hay ejemplos, sobre todo a nivel municipal. Por ejemplo municipios en los que el pueblo vota los presupuestos, se votan las gestiones en consulta popular cada año, se dota de voz a los ciudadanos en los Plenos Municipales…). Aún así, existe un órgano que puede hoy en día hacer de poder de control y de resistencia del pueblo y defender los derechos de los ciudadanos: El Defensor del Pueblo. Es importante que el Defensor del Pueblo sea elegido directamente y no por Cortes, entre candidatos que no hayan estado ligados con ningún partido político en los últimos 12 años y que no se puedan reelegir.
También se hace necesario reformar las Administraciones Públicas, evitar duplicidades administrativas y evitar el despilfarro público que la sociedad no entiende. ¿Realmente tiene alguna función hoy en día el Senado? ¿De verdad sirven las Diputaciones Provinciales? Está demostrado en Autonomías uniprovinciales (Cantabria por ejemplo) en las que no existen las Diputaciones, que dichas funciones se podrían hacer perfectamente por las CCAA. Debemos aplicar, siempre y cuando sea posible, el principio de subsidiariedad de forma que todo se haga en las instancias más inmediatas y se simplifique el entramado burocrático y administrativo.
Llegado a este punto, me pregunto, ¿Cuál debe ser la base para encontrar la democracia perdida? Una democracia en la que el voto de todos sus ciudadanos, no tiene el mismo peso, no es una democracia.
En España, en los últimos comicios electorales (20 de Noviembre de 2011) votaron un total de 24.590.557 ciudadanos (71,69%). Un total de 23.939.576 ciudadanos decidieron elegir a candidaturas electorales. El resto votaron en blanco o fueron votos nulos. Otros 9.710.775 ciudadanos (el 28,31%) optaron por quedarse en casa y no ir a votar, quizás fruto del desaliento y de la poca confianza que el actual sistema ofrece. Un dato interesante, a mi juicio, es que un total de 792.584 ciudadanos (3,31%) decidieron apostar por partidos extraparlamentarios y un total de 2.438.297 votos (10, 18%) fueron tirados a la basura. Por ejemplo, en Melilla el PP logró el 66, 73% y logró el 100% de los representantes (1 Diputado). Los restantes casi 44% de los votos fueron tirados a la basura. Una democracia en la que más del 10% de los votos de los ciudadanos no cuenten, es una democracia perdida, necesita de regeneración.
Antes he comentado que el voto de todos los españoles no tiene el mismo valor. Aquí los datos: Al PP le cuesta cada diputado 58.229 votos, al PSOE 63.398 votos, a CIU 63.391 votos, a IU 152.800 votos, a Amaiur 47.661 votos, a UPyD 228.048 votos, al PNV 64.703 votos, a ERC 85.464 votos, al BNG 91.639 votos, a CC 71.775 votos, a Comprimís 125.150 votos, a FAC 99.173 votos y a Gbai, con sólo el 0,17 del apoyo de los españoles, 42.411 y tienen un representante. Las matemáticas no engañan y las cifras son las que son.

Después de ver los datos, nos queda ofrecer alternativas para mejorar el sistema electoral y por ende, la base de la democracia. Lo voy a resumir en los siguientes puntos:
1. Cambiar las circunscripciones electorales a una circunscripción nacional, 1 español = 1 voto.

2. Contabilizar el voto en blanco.

3. Suprimir la recogida de avales para grupos extraparlamentarios para concurrir a Elecciones Generales.

4. Suprimir las subvenciones electorales a partidos políticos.

5. Sistema por listas abiertas.

6. Eliminar la Ley D´Hont.

7. Suprimir la barrera electoral del 3%.

8. Límites de mandatos de los cargos públicos.

Es el momento de trabajar en buscar la democracia perdida, razones para regenerar la democracia no faltan. Hay que darse cuenta de los errores cometidos, así como de las numerosas incoherencias que presenta nuestro sistema. Algunos ya hemos encontrado la ‘’democracia perdida’’, sólo nos falta la oportunidad de poder regenerar nuestra democracia y volver a las urnas con aquella ilusión, alegría y euforia de los primeros comicios electorales de 1977.

David García Pérez

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