Estimados lectores,
Es 5 de enero de
2014, un nuevo y diferente año-nos dicen- y me dispongo a escribir el
presente artículo. Aunque bien pdríamos decir que es 36 de Diciembre de
2013, pues todo sigue igual.Mariano Rajoy sigue permaneciendo al frente del Gobierno de España. El Gobierno que ganó las elecciones en Noviembre de 2011 con toda legitimidad pero que sigue permaneciendo en él lejos de toda legitimidad desde un punto de vista ético y moral.
Seguimos con una tasa de desempleo preocupante, con un número insuficiente de altas en la Seguridad Social para mantener un sistema que se sigue destruyendo a pasos agigantados. Y la respondabilidad de tantas políticas equivocadas es tanto del Gobierno del PP,como de todos los miembros de su partido que han secundado de hecho todo cuanto ha sucedido, aunque de cara a la galería muchos quieran intentar marcar distancias, la realidad es que siguen apoyando una forma de hacer política que no es política.
Iniciamos el 2013 conociendo en su
totalidad, los llamados papeles de Bárcenas. Pudimos ver los
avergonzantes sueldos, sobredueldos, cuentas en B, prevaricaciones,
favores de empresas que enlazas con favores de las administraciones a
esas mismas empresas... El PP lo negó todo, ''salvo alguna cosa''. Luego
conocimos los ''despidos en diferido'', una nueva forma de despedir que
nos descubrió la presidenta de los castellanomanchegos. Llegaron los
SMS de ánimo de Rajoy a Bárcenas. El Presidente de los españoles puso de
moda una nueva forma de hacer comparecencias públicas: a través de una
televisión de plasma. Y es que somos puñeteros... ¡Pretendía salir de la
crisis disparando la venta a las administraciones públicas, de las
televisiones de plasma! Un año de renovación de los poderes judiciales,
los mismos que siguen siendo dependientes. Sí, los futuros juzgados
siguen eligiendo a los jueces. Y para más ''inri'', por si se les cuela
algún juez independiente y con principios, siguen guardando el AS de los
indultos que no siguen criterio alguno. Todos conocemos a miles de
personas que han seguido perdiendo sus viviendas, sus puestos de
trabajo, han tenido que pasar vergüenzas al pedir comida y tener que
decir a sus hijos que no tienen nada para cenar. Pero no pasa nada. El
Sistema educativo ha funcionado a la perfección,ha cumplido con sus
objetivos predeterminados de conseguir alumnos fracasados y que
abandonan características propias de los humanos (pensamiento, razón,
sentido de justicia, compromiso, voluntad...) para ser parte de la
sociedad borreguil. Podríamos seguir enumerando todo aquello que hemos
perdido en este 2013, pero no es el objetivo del presente artículo
enumerar al detalle, todo lo perdido en este año.
Tengo la sensación de que hemos perdido la esperanza como nación, como pueblo... y hasta el ánimo por volver a recuperarla.
En cualquier país puramente democrático, sólo una pequeña parte de todos los escándalos que rodean al actual Gobierno y al país hubiesen sido necesarios para ver a todos sus miembros dimitidos. Y de no hacerlo, los ciudadanos hubieran propiciado el cambio de gobierno. Y no ha sido así, algo muy preocupante ocurre a nuestra sociedad. Hemos despedido un año en el que el PP ha conseguido ''matar'' demasiadas cosas, con un PSOE cómplice que ni ha estado, ni se espera que esté, a la altura de las circunstancias del drama que vivimos. Y tampoco han estado a la altura muchos medios de comunicación, cómplices necesarios del régimen, que han manipulado la realidad o que han secundado con su silencio tanto despotismo, dervergüenza, mentira y actitud que nos ha llevado a tanto dolor, desazón y desaliento. Todos ellos han posibilitado una sociedad que ha sido, o lo parece, definitivamente derrotada.
Y ante tanto desazón, ¿Mis deseos para el 2014 que se ha iniciado o para este 2013 prolongado en injusticias? Sólo uno: compromiso ciudadano para cambiar la forma de hacer política y hacer justicia, para poder devolver la sonrisa a tantos ciudadanos que la han perdido y hacer pagar las consecuencias a los que han aprovechado la política para sus beneficios particulares y no para el bien común.
Tengo la sensación de que hemos perdido la esperanza como nación, como pueblo... y hasta el ánimo por volver a recuperarla.
En cualquier país puramente democrático, sólo una pequeña parte de todos los escándalos que rodean al actual Gobierno y al país hubiesen sido necesarios para ver a todos sus miembros dimitidos. Y de no hacerlo, los ciudadanos hubieran propiciado el cambio de gobierno. Y no ha sido así, algo muy preocupante ocurre a nuestra sociedad. Hemos despedido un año en el que el PP ha conseguido ''matar'' demasiadas cosas, con un PSOE cómplice que ni ha estado, ni se espera que esté, a la altura de las circunstancias del drama que vivimos. Y tampoco han estado a la altura muchos medios de comunicación, cómplices necesarios del régimen, que han manipulado la realidad o que han secundado con su silencio tanto despotismo, dervergüenza, mentira y actitud que nos ha llevado a tanto dolor, desazón y desaliento. Todos ellos han posibilitado una sociedad que ha sido, o lo parece, definitivamente derrotada.
Y ante tanto desazón, ¿Mis deseos para el 2014 que se ha iniciado o para este 2013 prolongado en injusticias? Sólo uno: compromiso ciudadano para cambiar la forma de hacer política y hacer justicia, para poder devolver la sonrisa a tantos ciudadanos que la han perdido y hacer pagar las consecuencias a los que han aprovechado la política para sus beneficios particulares y no para el bien común.
De
no cambiar, y permitir que todo siga igual, seguirán atracando no sólo
nuestro presente, sino nuestro futuro y el de los que tienen que venir. Y no estoy dispuesto.
Recibid un cordial saludo de alguien que no ha perdido la esperanza
ni el ánimo de que muchos puedan volver a recuperarla para poder
devolver a la sociedad la honestidad y el progreso por el que han
luchado tantos hasta, en demasiados casos, la peor de las consecuencias.
Presidente Nacional de Ciudadanos de Centro Democrático (CCD).
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